Las estadísticas, encuestas y demás indicadores sobre la situación del empleo son muy variados y variopintos, y muestran una amplia gama de resultados, que en muchos casos varían grandemente de unos a otros en función de quien los presente o interprete.
En Ayuda Laboral disponemos de nuestro propio "índice", las consultas de nuestros usuarios, que vistas en perspectiva van marcando la tendencia en el tiempo de la situación laboral, y que se van a exponer brevemente a continuación.
2007-2008: los años de la picaresca y las "largas vacaciones"
En estos años era muy común que empresas y trabajadores acordaran los ceses laborales improcedentes, y que el trabajador se inscribiera como desempleado porque tenía una amplia prestación por delante, hasta dos años de "vacaciones pagadas", pues para eso se llevaba varios años trabajando y cotizando para ello. Al mismo tiempo, en estas empresas acordaban con los trabajadores cómo y cuando se produciría su reincorporación a la misma, al tener la prestación por desempleo ya en su recta final.
Esto en un principio no tenía mucha incidencia, ni era visible, pues los puestos que se dejaban vacantes eran cubiertos rápidamente por nuevos empleados, ya fueran emigrantes, de nueva incorporación al mercado de trabajo o bien personas que cambiaban de una empresa/sector a otro. Pero se puso en marcha una "bola" que poco a poco se fue haciendo más grande, hasta que, con el estallido de la "burbuja de la construcción" llevó a lo que ya de todos es conocido.
2009-2011: la gran hecatombe del empleo
En estos años, tres largos años, en los que la tónica fue una cascada continua de despidos colectivos, también conocidos como expedientes de regulación de empleo, o simplificados y "normalizados" por los medios de comunicación en las temidas siglas ERE.
Durante este periodo, las consultas de nuestros usuarios se sucedían, una tras otra, preguntando los requisitos para poder iniciar un expediente; si una empresa estaba en condiciones para poder realizar despidos objetivos con garantías de procedencia; o directamente de lo que se consultaba era de las consecuencias del cierre definitivo de la empresa para trabajadores y administradores.
Y como no, junto a los ERE, casi parejo a ellos, aparecían los también temidos concursos de acreedores, de los que igualmente hemos tenido que dar indicaciones en los supuestos planteados por empresas de los más variopintos sectores y actividades.
2012: el año de los descuelgues y los expedientes temporales
Este nuevo año, tras la destrucción masiva de empleo en el trienio anterior, trajo consigo un nuevo tipo de dudas en las empresas, se seguían haciendo ajustes pero ya más moderados y con otro cariz: se buscaba la continuidad de la empresa combinada con un intento de mantenimiento del empleo existente.
De este modo entraron en escena los ERTE, o expedientes de regulación temporal de empleo, una nueva variante más suave de ajuste, cuyo objetivo no era el despido sino la suspensión de los contratos de forma temporal, con la colaboración del Servicio Público de Empleo para no dejar a los trabajadores desamparados durante las suspensiones, y que ha sido una vía por la que muchas empresas han encontrado el camino para poder subsistir sin prescindir de sus empleados, al tiempo que éstos no le supusieran una carga insalvable de la difícil coyuntura económica.
A la gran cantidad de dudas resueltas sobre los expedientes temporales, se unió una nueva problemática, los descuelgues de convenio, sobre todo de las tablas salariales, y con ello una nueva opción a la que muchas empresas pudieron acogerse en su intento de no sucumbir ante las adversidades de estos años turbulentos, y allí estuvo Ayuda Laboral explicándoles paso a paso como debían realizar, con seguridad, el proceso de descuelgue de su convenio colectivo.
2013: año de administradores y reestructuraciones de plantillas
En el trece, pese a su mala fama, comenzó un cambio de tendencia, pues las consultas pasaron de tener una temática básicamente de destrucción de empleo y a duras penas de supervivencia empresarial, a enfocarse en la problemática de los administradores societarios, sus responsabilidades por la gestión empresarial, como deberían estar incluidos en la Seguridad Social, sus retribuciones, etc. Administradores de empresas de nueva creación, administradores de empresas familiares convertidas en sociedades, administradores de empresas fallidas que habían pasado a ser gestionadas por los trabajadores, etc; en definitiva nueva actividad económica y empresarial, tibia aún pero gestándose para un futuro.
El otro gran protagonista de 2013 han sido las reestructuraciones de plantillas, o más bien optimizaciones de los recursos laborales, mediante el empleo de los contratos a tiempo parcial y los fijos-discontinuos, que han generado una gran cantidad de dudas resueltas mediante casi innumerables Consultas Plus, con una variedad de casuísticas tan amplias como los propios supuestos planteados, y a los que desde Ayuda Laboral hemos dado cumplida respuesta con su correspondiente argumentación jurídica y alternativas posibles a las situaciones planteadas, en el caso de haberlas, y por supuesto, siempre buscando la mejor solución para nuestros clientes.
Contratos a tiempo parcial y fijos-discontinuos que si bien no son la panacea para la recuperación del empleo, sí marcan una tendencia, el fin de su destrucción desaforada, lo que unido a la creación de nuevas empresas deja entrever que, posiblemente, pronto comiencen a aparecer los primeros y lejanos resplandores, que no luces, al final del túnel.
Los "ocultos" cuya falta lastrará la recuperación
Por último no nos podemos olvidar de un problema, que a corto y medio plazo será una lacra para la economía y el mercado laboral español, y que ya se debería estar estudiando la forma de solucionarlo, como es el de la gran cantidad de personal cualificado, y sobre todo personal técnico, que se ha marchado, que ha emigrado fuera de España, y ya no aparecen en encuestas y estadísticas pero son lo más importante de cualquier economía, más aún, de cualquier Sociedad, su capital humano, que ahora está produciendo para quien ha tenido la vista de contratarlo pero no para quien hizo la inversión de formarlo.
Éste es un problema tan importante como el propio nivel de personas desempleadas, pues buena parte de quienes han emigrado son quienes tienen las capacidades y conocimientos para que también, una buena parte de quienes están parados, tengan trabajo.
Un tortuoso camino ya recorrido y todo el futuro por delante
Aunque en este texto se han presentado, de una forma cuasi estanca, las distintas situaciones por las que ha pasado el mercado laboral español, no es menos cierto, que esto no es así, y que entre 2009 y 2011 se han ido mezclando las distintas situaciones de forma muy habitual en muchas empresas, y es evidente que en 2013 han seguido habiendo ERE's, y que en 2012 también había empresas que optaban por los contratos fijos-discontinuos, pero lo que se ha querido presentar aquí han sido las tendencias de forma "masiva", los periodos en los que esos apartados no estancos han sido predominantes.
Esperando que la última tendencia indicada, la de la conservación del empleo con el recurso a los contratos a tiempo parcial en sus distintas modalidades, y la lenta pero progresiva creación de nuevas empresas, consoliden una senda que nos lleve a poder hacer, dentro de unos años, un nuevo comentario, similar a éste, pero a la inversa, constatando que los ERE sean un procedimiento en vías de extinción y dejando patente la bajada constante de las tasas de desempleo. Hechos que podremos confirmar gracias al seguimiento de las consultas de nuestros clientes, nuestro mejor indicador para medir el pulso de las relaciones laborales en las empresas españolas.