La “nube” es un término que en los últimos años se ha popularizado hasta el punto de ser algo ya sinónimo de internet, y se añade a casi cualquier servicio prestado en la Red como signo de que es novedoso y puntero, características que en muchas ocasiones van seguidas de la gratuidad del mismo.
Aunque hay que tener en cuenta que, en ocasiones, en internet, y fuera de la Red también, lo gratuito sale caro, simplemente no lo es, ya que el hecho que en un principio haya tenido un coste en dinero efectivo de cero no implica que no se esté pagando por él. Sitios en los que se dispone de servicios por los que no se hace ningún desembolso, pero que solicitan datos del usuario casi hasta el infinito, como pueden ser correo electrónico, dirección, localidad, país, foto de perfil, número de teléfono, gustos, aficiones, disgustos, etc.
En muchas ocasiones el usuario proporciona datos falsos, y una cuenta de correo que solo emplea para las verificaciones en el sitio en cuestión, pero eso tampoco es que salvaguarde mucho su intimidad, ya que se rastrea, registra, analiza y clasifica todo lo que hace en estos sitios, incluso se puede llegar a analizar el contenido de sus email o mensajes para proporcionarle publicidad “adecuada” a sus intereses. Con lo que la “falsificación” inicial de datos queda en entredicho cuando se permite analizar sus “usos y costumbres”. Es como vender el alma al diablo.
Ayuda Laboral, siempre desde su inicio en 1998, ya era “nube” cuando nadie hablaba de ellas, excepto en la predicción meteorológica, y ya entonces no se solicitaba a los usuarios más datos que los estrictamente necesarios para poder prestar el servicio.
A día de hoy, mucho han cambiado los tiempos, la política de privacidad de datos sigue siendo la misma, solo solicitar los datos imprescindibles para la prestación del servicio; nada de cesión a terceros, ni cobrando ni sin cobrar, no se ceden; nada de publicidad en el sitio, ni contextualizada ni sin contextualizar… únicamente se usan los servicios estadísticos de Google Analytics que miden la cantidad de páginas vistas, cuales se ven más que otras, desde dónde se llega a ellas, que palabras se han empleado para localizarlas, etc, pero nunca identifican al usuario.
En Ayuda Laboral pese al registro del usuario para poder acceder, la navegación por el web es anónima, no queda registro de las veces que ha accedido, ni de qué días, ni horas, ni de sus búsquedas, ni de lo qué ha visto ni consultado; porque, pese a ser “nube” y desde antes de que el término se inventara y popularizara, su uso es anónimo y no presenta costes ocultos de ningún tipo para el usuario.