Un trabajador, en tratamiento por depresión, durante su jornada de trabajo y en las instalaciones de la empresa se suicida tras comunicarle que había sido trasladado de puesto de puesto de trabajo. Ante esto la viuda solicita que las prestaciones de viudedad y orfandad sean calculadas como consecuencia de un accidente de trabajo, al considerar que ha sido la culminación de una situación de tensión laboral acumulada, mientras que la Seguridad Social considera que el hecho causante debe considerarse como enfermedad común.

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